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miércoles, 22 de enero de 2014

Un buen monólogo no lo es todo...

Proliferan en la web los "consejos" para hacer Stand Up Comedy. Algunos, muy buenos y aplicables, otros no tanto. En cualquier caso, la tarea no termina en escribir bien ni en practicar la rutina: está el momento concreto de subirla al escenario.
Suele ocurrir en esta disciplina que compartamos la presentación con otras personas, quizás principiantes, quizás experimentadas. En el tiempo de organizar este tipo de espectáculos, hemos advertido que se repiten algunas conductas que van en desmedro del desarrollo del mismo. Puede ser que se deban a nerviosismo, distracción o, lisa y llanamente, desconsideración por los otros.
Por eso, para quienes no lo hacen de manera intencional, acercamos hoy una enumeración basada en hechos vistos una y otra vez, para promover la reflexión y el crecimiento como artistas.
Así como pretendemos que el público no nos pifie, no hable o haga ruidos molestos durante nuestro monólogo, así como esperamos que el mesero no se cruce o tome a los gritos el pedido, así como deseamos que los que llegan tarde se ubiquen rápidamente en una mesa y no molesten al resto, nuestros compañeros y quienes organizan el evento también necesitan ciertos cuidados.


Entonces, parafraseando los típicos mandamientos, proponemos:

1.- Llegarás al horario en que fuiste citado, antes del inicio del espectáculo. Si pese a esto, estás demorado, avisa al organizador para que reconsidere cambiar el orden de tu participación o retrasar el inicio del evento... o excluirte.

2.- Harás la publicidad entre tus conocidos para el horario de inicio del show, no para el tiempo único de tu participación. Lo contrario provoca un gran desorden mientras los compañeros intentan hacer su rutina, y no ha faltado quien, terminada su parte, se lleva a sus amigos a otro local...

3.- Te quedarás hasta el final del espectáculo. En parte relacionado con lo anterior, y por un mínimo respeto por el concepto de presentación grupal. Suele haber un saludo final con todos los participantes, y sería bastante recomendable hacer un feedback posterior con los compañeros y/o organizadores.

4.- Asistirás al compromiso que asumiste. Aun cuando no seas un profesional todavía y estés en tus comienzos, las ausencias de último momento no son una buena carta de presentación. Ningún organizador volverá a convocarte si le dejaste vacío el escenario o incompleta la duración del show casi sin aviso. Si es algo de fuerza mayor, asegúrate de avisar de manera fehaciente y con un margen de tiempo que permita buscar un reemplazo (o sugiere tú uno, incluso), porque tal vez no seas el único que se ausenta y el show debe continuar...

5.- Te presentarás sobrio. Sin intenciones moralistas, cada uno es libre de consumir las sustancias que desee, pero el público no tiene por qué presenciar una actuación donde el monólogo se diluye en ritmo, concentración y eficacia debido al exceso de alcohol o de drogas. Aunque la percepción de quien se suba en tales condiciones sea otra, desde abajo eso siempre es una contra y desmerece la calidad del espectáculo.

6.- Permanecerás atento a la reacción del público.  Además de las recomendaciones habituales sobre incorporar comentarios de la gente o situaciones imprevistas, mantén la alarma encendida en tu cerebro si  notas que un público que se te entregó atento y silencioso, de pronto comienza a hablar y distraerse. Significa que lo estás perdiendo. Entonces, saca tus mejores recursos o recorta y abrevia el monólogo, no sigas como si nada ocurriera, ya que incluso puede provocar que se hastíen y se retiren en medio de tu presentación.

7.- Respetarás la duración pautada para tu intervención. En general, los tiempos asignados a cada participante no son un capricho. Obedecen a un cálculo entre cantidad de participantes y la atención promedio del público, pero también a indicaciones concretas del local donde se realice el evento, ya sea por espectáculos posteriores, horarios de cierre, etc. Si te indican 5 minutos y te tomas 20, o si el monólogo de 15 de pronto se alarga a 30 minutos, ese pretendido "lucimiento" puede irte en contra hasta con el aburrimiento del público y, sin duda, provocará problemas con el resto del equipo.

8.- Predicarás con el ejemplo. Si tus amigos que fueron a verte o el resto del público presente no es habitué a este tipo de espectáculos, quizás tienda a hablar, saludarte, etc, en cualquier momento. Reserva los intercambios de felicitaciones, fotos, autógrafos o lo que sea, para la finalización del show. Escucha al presentador o al compañero que tiene la palabra antes y después de ti. No sólo por respeto, también porque educas al público con tu propio comportamiento. Lo contrario puede ser un boomerang y nadie quiere padecer una noche de público irrespetuoso.

9.- Estarás atento a la convocatoria. Aunque parezca obvio, escucha al presentador o al compañero que te da el pie para subir a escena. Si estás muy lejos, acércate al escenario en los instantes previos. No te retires afuera o al baño cuando esté cerca tu turno, ni te distraigas con mensajes en tu celular. Si te invitan a un saludo final, sube con los compañeros y cuida de no tapar o bloquear el espacio de los otros. 

10.- Colaborarás ante el imprevisto. Puede ocurrir que se presenten problemas técnicos o circunstancias especiales en el lugar. Intenta sobrellevarlas con ingenio, sin tomar el papel de víctima o empeorar la situación. Ejemplos: si abajo hay un conflicto por una mesa reservada, distiende, no azuces la tensión. Si el sonido se corta por una falla cuando se mueve el cable del micrófono, ponlo en el soporte de pie y continúa tu rutina hasta que alguien externo lo solucione, no insistas en caminar y moverte por el escenario quejándote.

Finalmente, no está de más recordar que mucho de lo anterior y otros comentarios que podrían hacerse responden al sentido común, a la ubicación y el buen comportamiento social, en cualquier ambiente, no sólo en un evento artístico. Y los "buenos modales" nos gustan a todos, ¿no?


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